Starter Navidad

22 Diciembre, 2014

—Ubicación: Casa Nietrwzovæk—

Una leve brisa decoraba el invisible pero frio clima de Berlín en invierno.
 
Copos delgados caían del cielo uniéndose a la cascada de nieve que decoraba los suelos de la casa familiar. Un precioso paraíso para los ojos de la pequeña Trëvellyan, la inquieta niña corría de un lado a otro como acostumbraba siempre, le encantaba brincar y correr por todos lados, comer hasta quedar agotada al igual que gritar. Sobretodo gritar.

—¡Nieve! ¡Nieve! —, había gritado la pequeña embelesada observando desde el inicio de la caída de aquella cortina blanca que decoraba las afueras de la casa.

El pequeño Salem como siempre se encontraba rondando por donde fuera siguiendo a su hermana Indigo a donde fuera; ella se encontraba acomodando pedazos de hilo con flequillos, había mucho, la pequeña traviesa se enredaba en la escarcha que encontraba en los suelos y decía que era su cabello.

Sus hermanos eran el mejor ejemplo en cuanto a la pequeña pelirroja se refería. Cada uno tenía un carácter diferente, al igual que cada uno tenían cosas que la infante envidiaba, Ryry iba con Mel a todos lados, así que La pequeña Trëv se dedicaba a regar los adornos por doquier, más específico, donde estuviera Katja.

La casa estaba a punto de dar un cambio drástico, una época navideña llegaba, la pequeña no estaba muy acostumbrada a la navidad, ya que los 3  primeros años de su vida se la había pasado en un laboratorio como la mayoría de sus hermanos, y en esos laboratorios no se eran muy festivos.

La curiosidad de la pequeña superaba los limites, al ver aquellos focos prender y apagarse le parecían apetitosos, pequeños dulces de colores, decía su mente y se dedicaba a pasar algunos por su boca, algunos quemaban otros no tenían ningún sabor en especial.

—Son luces—, le habían explicado un día antes su hermana Melbourne, la mayor de todos, o al menos la que mayor tiempo tenía viviendo fuera de los laboratorios.

Adornos de todos los tamaños y colores se encontraban esparcidos por todo el suelo. Una pequeña bola de colores esférica era la novedad en entretenimiento de la menor de la familia. Se dedicaba a lanzarla a todos lados, corriendo tras de aquella esfera mientras veía a sus hermanos ver los adornos y luego levantar la mirada hacia algún lugar de la casa.

Todos ayudaban, la casa siempre estaba impecable, pero gracias a la pequeña pelirroja todo estaba regado y desordenado; pero claro era Navidad. Otra fecha para celebrar que seguíamos juntos como familia.

La navidad comenzaba, y un pequeño árbol se encontraba listo para ser decorado.